Galileo dejó caer dos cuerpos, uno liviano y otro pesado pero de forma similar, y ambos llegaron al piso al mismo tiempo. Muchos criticaron este experimento diciendo que si hubiera tirado una piedra y una pluma, ésta habría caído más lentamente. Galileo supuso que la pluma tardaría más en caer porque sería frenada por el aire, pero no lo podía comprobar.
NUEVA EXPERIENCIA
Recién hacia el año 1650 se demostró que Galileo tenía razón. La nueva experiencia tenía que probar que era el aire el que influía en la caída y no sólo el peso del objeto.
La nueva experiencia fue la siguiente: colocaron una piedra y una pluma dentro de un tubo con aire; otra piedra y otra pluma fueron colocados dentro de un tubo al vacío, o sea, sin aire.
Rápidamente dieron vuelta ambos tubos.
¿Qué comprobaron? Veamos.
En el tubo con aire, la piedra cayó más rápido que la pluma.
En el tubo al vacío, la piedra y la pluma cayeron a la misma velocidad.
CONCLUSIÓN
A partir de esta experiencia podemos llegar a la siguiente conclusión: todos los cuerpos que caen desde la misma altura, en el vacío, llegan al suelo en el mismo tiempo. Ésta es la llamada caída libre.
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